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Cuando buscamos formas flexibles de usar un coche, leasing y renting destacan como opciones clave. Entender sus diferencias y ventajas nos ayuda a elegir la ideal.
¿Leasing o renting? Esta es la pregunta que muchos se hacen al considerar opciones para disfrutar de un coche nuevo. Aunque parezcan similares, estos dos servicios tienen diferencias importantes que pueden influir en tu decisión. Vamos a desentrañar estos conceptos para que puedas elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades.
El leasing es como un alquiler con opción a compra. Imagina que te enamoras de un coche, pero no quieres comprarlo de inmediato. Con el leasing, pagas cuotas mensuales y, al final del contrato, puedes decidir si quieres quedártelo o no. Es como un noviazgo largo antes de dar el "sí, quiero".
Por otro lado, el renting es un alquiler puro y duro. Pagas una cuota mensual que incluye todo: desde el seguro hasta el mantenimiento. Es como vivir de alquiler, pero con un coche. No te preocupas por nada más que disfrutar del vehículo.
Opción de compra: La gran diferencia está en qué pasa cuando termina el contrato. Con el leasing, puedes comprar el coche si te ha gustado la experiencia. En el renting, simplemente lo devuelves y, si quieres, empiezas con otro.
Gastos incluidos: El renting es como un todo incluido en un hotel. La cuota cubre seguro, mantenimiento e impuestos. En el leasing, estos gastos corren por tu cuenta.
Duración del contrato: El leasing suele ser para relaciones más largas, hasta 5 años. El renting es más flexible, perfecto si te gusta cambiar de coche más a menudo.
Si eres de los que les gusta estrenar coche cada pocos años sin preocupaciones, el renting para particulares puede ser tu opción. Todo está incluido en la cuota, así que no tendrás sorpresas.
El leasing puede ser atractivo si tienes pensado quedarte con el coche a largo plazo. Aunque tendrás que hacerte cargo de más gastos, al final el vehículo puede ser tuyo.
Fiscalmente, tanto el leasing como el renting tienen sus ventajas. En el leasing, puedes deducir las cuotas y hasta amortizar el vehículo más rápido, lo cual es genial para empresas.
Con el renting, las cuotas también son deducibles, y su simplicidad lo hace ideal para autónomos que quieren centrarse en su negocio sin complicaciones adicionales.
Imaginemos un leasing con una cuota de 300€ al mes durante 4 años. Añade unos 1.000€ anuales en mantenimiento y seguros. Si al final decides comprar el coche, podrías pagar unos 5.000€ adicionales. En total, unos 19.400€.
Un renting podría costar 450€ al mes durante 3 años, todo incluido. Al final, habrás pagado 16.200€, sin sorpresas ni gastos extra.
En REVEL entendemos que cada persona es única. Por eso, ofrecemos soluciones personalizadas en renting. Nuestro objetivo es que disfrutes de tu coche sin preocupaciones, sea cual sea la opción que elijas.
Con el renting de REVEL, tendrás la tranquilidad de una cuota fija que lo incluye todo.
En resumen, tanto el leasing como el renting tienen sus ventajas. La clave está en elegir la opción que mejor se adapte a tu estilo de vida y necesidades. En REVEL, estamos aquí para ayudarte a tomar la mejor decisión y que tu experiencia al volante sea inmejorable.
Hacerse un REVEL es sencillo: elige tu coche, contrata online en unos minutos y te lo entregamos en pocos días en la puerta de tu casa. Después disfruta de tu nuevo coche pagando una cuota mensual fija con todo incluido.
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Queremos que conducir un REVEL sea sostenible y respetuoso con el planeta. Por ello participamos en varios proyectos de reforestación de bosques en nuestro país para compensar tus emisiones de CO₂.