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Contratar un seguro con franquicia es una decisión que puede ahorrarnos dinero, pero es importante entender bien cómo funciona. Saber qué significa un seguro a todo riesgo con franquicia de 300 euros, dónde se paga la franquicia o si se paga al taller o al seguro evita sorpresas.
La franquicia en un seguro de coche es el importe que el asegurado debe cubrir de su bolsillo en caso de siniestro. Se trata de una especie de "compromiso financiero" que asumes con la aseguradora. Si bien puede parecer un gasto adicional, en realidad funciona como un mecanismo para reducir el precio de la prima. Un seguro con franquicia implica que pagarás menos mensualmente, a cambio de afrontar un coste concreto si tienes que hacer uso de la póliza.
La sensación de pagar una franquicia puede ser agridulce. Por un lado, sabes que cuentas con protección ante daños importantes, pero por otro, eres consciente de que no todo correrá a cargo de la aseguradora. Es una opción atractiva para quienes conducen con prudencia y no suelen dar partes, ya que el ahorro en la prima anual suele compensar el desembolso ocasional en caso de accidente. Si eliges bien, podrías disfrutar de la tranquilidad de un seguro completo sin que el precio se dispare.
Cuando contratas un seguro con franquicia, defines junto con la aseguradora una cantidad fija que asumirás en caso de siniestro. Supongamos que eliges una franquicia de 300 euros. Si el coste de la reparación es de 1.200 euros, tú pagarás los primeros 300 y la aseguradora cubrirá los 900 restantes. Si el daño es menor a esa cantidad, te tocará pagarlo completamente.
Este tipo de seguro puede generar cierta tranquilidad, pero también te hace pensar dos veces antes de dar un parte. Si el coste del arreglo es similar al de la franquicia, quizá prefieras asumirlo por tu cuenta para evitar un incremento en la prima en futuras renovaciones. La clave está en encontrar un equilibrio entre el coste de la franquicia y la probabilidad de necesitarla. Quienes conducen poco o con especial cautela suelen beneficiarse de esta modalidad, ya que pagan menos cada año sin renunciar a una cobertura sólida en caso de un percance grave.
Cuando se produce un siniestro y el coche necesita reparación, la forma de pago depende de la gestión de la aseguradora y del taller donde realices la reparación. En la mayoría de los casos, serás tú quien abone la franquicia directamente al taller, mientras que la aseguradora se encargará del resto del importe correspondiente.
Hay compañías que permiten incluir la franquicia en la factura final del siniestro, lo que implica que será la aseguradora quien gestione el pago y luego te cobre la parte correspondiente. Esto facilita el proceso, evitando trámites adicionales. Es importante revisar las condiciones de tu póliza para evitar sorpresas y saber exactamente cuál es el procedimiento en caso de accidente.
El cálculo de la franquicia puede dividirse en distintas secciones del vehículo. Dependiendo de la aseguradora y la póliza contratada, estas suelen ser:
Si los daños afectan a varias secciones, algunas aseguradoras aplican la franquicia de forma independiente en cada una de ellas, lo que podría aumentar el coste que debes asumir. Es recomendable revisar cómo se gestiona esto en tu contrato para evitar gastos inesperados.
Elegir un seguro con o sin franquicia depende de cómo uses el coche y tu nivel de riesgo al volante. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un seguro con franquicia puede reducir la prima hasta en un 40% respecto a uno sin franquicia, siempre que no se den partes de forma frecuente.
Si sueles conducir en zonas de alto tráfico o tienes poca experiencia al volante, podría ser conveniente optar por un seguro sin franquicia, para evitar desembolsos inesperados. En cambio, si conduces de forma ocasional o con precaución, un seguro con franquicia puede ser una opción rentable a largo plazo, permitiendo pagar menos cada año sin renunciar a la protección necesaria.
En la mayoría de los casos, los contratos de renting incluyen el seguro del vehículo dentro de la cuota mensual. Esto significa que no tendrás que preocuparte por contratar un seguro aparte, ya que suele estar cubierto por la empresa de renting.
En REVEL, el seguro está completamente incluido en una única cuota, sin costes adicionales ni franquicias ocultas. Esto facilita la gestión y evita sorpresas en caso de siniestro, proporcionando tranquilidad a quienes optan por este servicio.
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