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El Reglamento General de Circulación es la base de una convivencia vial segura y ordenada, estableciendo derechos y deberes para todos los usuarios de las vías.
El Reglamento General de Circulación es mucho más que un simple conjunto de normas. Es el cimiento sobre el que se construye la convivencia en nuestras carreteras, transformando cada viaje en una experiencia segura y ordenada.
Este reglamento de tráfico establece los derechos y deberes de todos los usuarios de las vías públicas, desde conductores hasta peatones, con el objetivo de garantizar la seguridad y la fluidez del tráfico.
El código de circulación se basa en cuatro principios esenciales que fomentan una conducción responsable y respetuosa:
Estos principios no son solo reglas, sino una invitación a la empatía y consideración mutua en las carreteras.
La estructura del Reglamento General de Circulación es completa y organizada, abarcando todos los aspectos relevantes para una circulación segura. Se compone de:
Además, incluye disposiciones adicionales, finales y anexos con información complementaria.
El Reglamento General de Circulación actualizado fue aprobado el 21 de noviembre de 2003 mediante el Real Decreto 1428/2003, entrando en vigor el 23 de enero de 2004. Esta actualización derogó el reglamento anterior de 1992 y se adaptó a las modificaciones de la Ley 19/2001.
Desde su entrada en vigor, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha registrado una disminución notable en la siniestralidad en las carreteras españolas, demostrando la importancia de mantener las normas actualizadas para mejorar la seguridad vial.
Algunos de los artículos más relevantes del Reglamento General de Circulación incluyen:
Conocer y respetar estos artículos es fundamental para garantizar la seguridad y fluidez del tráfico. El Reglamento General de Circulación no es solo un conjunto de normas, sino la base para una convivencia armoniosa en nuestras carreteras, transformando cada viaje en una experiencia segura y placentera para todos los usuarios de la vía pública.
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